La feria del libro: ¿Una motivación o una obligación para los chicos?

La feria del libro: ¿Una motivación o una obligación para los chicos?

Una manera de motivar a los niños a la lectura por parte del colegio fue a través de la feria del libro, la que tuvo lugar en La Rural en el mes de mayo. Sin embargo, los que no están interesados por la lectura concuerdan con que esto no debería ser una obligación, no les parece una manera de fomenta la lectura, si no que para ellos la feria es un espacio para jugar con amigos y perder tiempo de clases.

Algunos de los colegios de zona sur del gran Buenos Aires alquilaron micros para concurrir con sus alumnos a la feria del libro. A muchos de ellos se los veía revolcados en el suelo de la feria, sin mostrar ningún interés por la lectura. Cabría preguntarnos qué es para los ellos participar del evento.

Manuel Ferella, de 14 años quien asiste al Colegio Newlands de Adrogué fue partícipe de la feria, afirma que fue a la feria porque le parecía interesante y también por el colegio se lo propuso, consideró que era una situación para aprovechar ya que le gusta mucho leer y  para salir de la rutina del colegio y aprender cosas nuevas. Igualmente argumentó que “ir a la feria no tendría que ser una obligación, a la mayoría de mis amigos no les gusta leer y se aburren mucho. Está bueno que el colegio proponga la actividad pero que cada uno elija si quiere ir o no”. Además aseguró que no le parecía que asistir a la feria fomenta la lectura de los chicos ya que no tienen ningún tipo de interés por los libros y no prestan atención a lo que tienen alrededor.

Lucia Tiraboschi (15) alumna del Colegio Newlands de Adrogué, también asistió a la feria por parte del colegio. Lucía contó que “a mi concurrir a la feria del libro me parece una actividad entretenida ya que vengo con amigos y me divierto, pero si no fuera con amigos no se si me parecería tan entretenida”. Ella declara que no le gusta leer, “creo que aunque me traigan a la feria del libro no tengo motivación por empezar a leer, lo veo como una obligación”

Santiago Delgado (15), alumno del Colegio San Miguel, aseguró que no tiene interés por la lectura “venir a la feria del libro me parece perder tiempo de clases, es lo único bueno para mi y mis amigos que no nos gusta leer. No miramos los libros que hay, ni siquiera nos  interesa, solo jugamos. A mi tampoco me interesa conocer las secciones de libros que hay”. Argumento que “No me parece bien que el colegio obligue a los chicos a ir porque cada uno debería hacer lo que quiere y lo que puede porque por ejemplo encima de que no me gusta me hacen pagar un micro para algo que no me interesa solo porque estoy obligado, tal vez hay familias que les cuesta mucho y tener que darles tanta plata a sus hijos por algo que no les interesa y solo para boludear con sus amigos es innecesario”.

Julieta Quipildor (16), asistió a la feria con el colegio Stella Maris, en su tiempo libre ella lo dedica a la lectura, asegura que lee desde chica, “la feria del libro ya de por sí me parece una actividad muy buena y creo que todas las personas tendrían que tener la oportunidad de venir y vivir lo que es la feria del libro” sostiene. Igualmente ella opina que la feria debería de ser un pasatiempo, no una obligación, “si lees por obligación podría volverse denso, ya de por sí muchos libros son densos, no creo que debería de ser una obligación si no que tendria que salir de adentro”, finaliza comentando que “no me parece que asistir a la feria del libro motive a aquellos que no les gusta a leer, porque si ya de por sí los chicos, o las personas que no leen no lo toman en serio y encima los mandan por obligación, nada puede salir bien”

Por otro lado, las personas que se encontraban en la feria del libro por su cuenta pudieron observar la situación, en donde los chicos estaban tirados en el piso sin saber que hacer, y aportaron su testimonio. Victoria Patiño (19) estudiante de la FADU, manifestó su enojo ante esta situación y cree que es un pensamiento cerrado por parte del colegio mandar a los chicos a la feria del libro si no tienen ganas de ir, “no a todos los chicos les gusta leer y ya tienen suficiente para leer con todos los textos que les mandan del colegio y si a un chico no le interesa la lectura y le interesa por ejemplo el dibujo, debería concentrarse más en eso”. A ella le parece que no es una forma de motivar a la lectura dado que no le prestan atención a la feria y la ven como una salida con amigos y se divierten con eso.

Lola Louro (18) estudiante de la Universidad de Buenos Aires, cree que el colegio impone a los chicos que deben leer y eso debería de ser una elección de cada uno, “para mi no fomenta para nada la lectura, leer es algo que le nace a cada uno, en el momento que se quiere poner a leer lee, no por ir a una feria le va a cambiar su gusto.”

Tanto los alumnos como las personas que asistieron por cuenta propia aseguran que asistir a la feria del libro debería ser una actividad recreativa donde cada uno decida si le interesa participar o no. Tampoco creen que mandarlos por obligación fomente la lectura del chico ya que quizás este tiene otro tipo de intereses, ya sea por el dibujo o el deporte.

Los testimonios que aportaron su opinión concuerdan con que la manera de motivar a los chicos a la lectura es comenzar por darles algo de su interés, ya sea un cómic o una revista de futbol.

La licenciada Mariana Cernichiaro, psicóloga infantojuvenil dice que existen tres secretos para motivar la lectura, en primer lugar separarla de la escuela con la que se hace en casa, “si el niño aborda la lectura como una tarea escolar seguramente sienta rechazo, la solución es buscar lecturas divertidas de su interés” explicó. En segundo lugar, “que lo que se les dé a leer no tenga dificultades, por ejemplo letras grandes, textos cortos, ilustrados…” y por último que los temas que se le den a leer sean del interés del chico. “A estas edades y en esta época la lectura tiene grandes competidores… la computadora, el celular, la play, los dibujos o series… Son también medios de comunicación, ocio y aprendizaje los padres no deben apartarse por completo de ellos porque los aislarian de la realidad. Pero la lectura y las otras vías de comunicación son amores diferentes y hay un tiempo y un espacio para cada una de ellas”.